Santos Doctores tiene la Iglesia Santa que podrán hoy prestarnos sus palabras para colmar de alabanzas –siempre pobres- el Augustísimo Sacramento del Altar…
Con el mismo temblor y lágrimas con que hoy he ofrecido, indigno siervo, el Incruento Sacrificio, consciente de mi nada ante la Dulcísima Majestad del Sacramento, sólo me atrevo a transcribir la antífona del Ofertorio de la Misa de hoy:
Sacerdotes Domini incensum et panes offerunt Deo; et ideo sancti erunt Deo suo, et non polluent nomen eius, alleluia.
Los Sacerdotes del Señor ofrecen a Dios incienso y panes: por lo tanto serán santos para con su Dios, y no profanarán su nombre, aleluya.
Sacerdote hermano: hayas rezado o no este texto, hayas celebrado en el rito que fuera: tú sabes todo lo que esto comporta…
Tú sabes cuánta reparación y desagravio…
Por ti, y por mí…
P. Ismael