“glorifico nomen tuum in aeternum”
(Antífona de Vísperas)
En el la fiesta de Santa Inés, transcribo este “poema en vuelo” de su libro “El río ensimismado” de mi recordado y apenas reconocido sacerdote-poeta, el Canónigo Edmundo García Caffarena: un hombre tan difícil y apasionado como el Evangelio mismo…
Para alimento de la piedad y examen de los Pastores…
“Letrilla del Evangelio”
“He aquí el Cordero Dios” Juan, I,2.
“Yo soy el Buen Pastor” Juan, X, 14.
Juan repite: “Es Buen Pastor”
Y el Bautista: “Es el Cordero”
¿Quién se pudo equivocar
si a los dos debió inspirar
el Espíritu de Amor?
Él nos lo puede aclarar:
fue Cordero y es Pastor.
Pedía la oveja mejor
pastor, cansada de errar
en manos del embustero.
No alcanzó otro conductor,
sino Aquél, que sin balar
fue llevado al matadero.
Para llegar a Pastor,
primero hay que ser Cordero.
No llegaré a bien mandar
si no he servido primero
si hasta la muerte, mejor
pues vivo lo que es amor
y de otro modo no quiero.
Para llegar a pastor
lo mejor es ser primero
cordero.
Dulce niña, mansa como tu manso Maestro,
que tu nombre sea para nosotros
lección de martirio
y esponsal misterio…
Y aprendamos quienes pastores nos llamamos
a ser corderos por dentro.
P. Ismael